Cuando se acerca el final del curso escolar, empieza a hacer calor, pensamos en las vacaciones, en la tele aparecen anuncios de juguetes…

¿Es bueno hacer un regalo de final de curso? Yo considero que sí, si se cumplen varias condiciones.

Es bueno premiar el esfuerzo, la constancia, el hábito de trabajo, las ganas de superación, sean los que sean los resultados. Es decir, puede haber chicos o chicas, que pese a un gran trabajo escolar (por presentar trastornos de aprendizaje u otras causas), sus notas no sean brillantes, incluso puede haber suspensos o tener que repetir curso, este sacrificio merece un premio.

En cambio hay otras situaciones que no se merecen premio: si se consiguen notas normalitas por haber trabajado poco, pudiendo haber conseguido notas mejores si hubiera habido esfuerzo.

Además, premiar no es ir a unos grandes almacenes a comprar un juguete muy caro. Se nos olvida que la felicidad no la da el poseer cosas, que a los pocos días se amontonan en la estantería.

Un buen premio puede ser, hacer una actividad divertida e interesante los padres con su hijo o hija juntos. Dedicar a nuestros hijos tiempo, escucha y sobre todo cariño, son una gran recompensa, no lo olvide.

Ir al contenido