La ansiedad es una reacción de miedo, es una respuesta automática que se produce en nuestro cerebro ante el reconocimiento de un peligro inminente, o lo que nosotros creemos peligroso o amenazante. Por ejemplo los animales huyen del peligro o lo evitan.
Un cierto grado de ansiedad es bueno y adecuado para la vida diaria, ayuda a formar el carácter de la persona, refuerza la creatividad y nos activa a la hora de enfrentarnos a nuevos retos.
El problema a parece cuando el nivel de ansiedad es demasiado alto, porque entonces en lugar de activarnos, nos paraliza. Esa es la principal característica de la ansiedad, evitamos las situaciones de riesgo. La evitación es un síntoma típico de la ansiedad.
En la vida, en función de las experiencias que hayamos vivido, hemos aprendido a temer situaciones, personas, animales o circunstancias relacionadas con peligros reales o imaginados, o con situaciones que alguien nos haya relatado como peligrosas.
Además vamos ampliando y generalizando nuestro miedo. Por ejemplo, un día caluroso tuve un pequeño mareo en el autobús al volver del trabajo, esto puede hacer que yo tema coger el autobús, que tema los días calurosos, que necesite que alguien me acompañe por la calle, etc.
La ansiedad está relacionada con miedo al futuro y se desencadena con pensamientos que empiezan por “¿y si…?”: “¿y si me mareo?”, “¿y si no controlo la situación?”, “¿y si me preguntan algo que no se?”, “¿y si tengo un cáncer / tumor cerebral / enfermedad incurable?” … La persona con ansiedad anticipa el futuro (con todas sus amenazas) y lo vive como si fuera el presente.
Cuando nuestro cerebro percibe una situación amenazante se activa el sistema nervioso simpático. El sistema nervioso simpático forma parte del sistema nervioso autónomo, que es sobre todo un sistema involuntario que transmite impulsos desde el sistema nervioso central hasta los aparatos y órganos periféricos.
La sobreactuación del sistema nervioso simpático altera el normal funcionamiento de la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, la contracción y dilatación de vasos sanguíneos, la contracción y relajación del músculo liso en varios órganos, acomodación visual, tamaño pupilar y secreción de glándulas exocrinas y endocrinas, alterando funciones tan importantes como la digestión, la circulación sanguínea, respiración, metabolismo.
Síntomas del ataque de ansiedad
Cuando nuestro cerebro identifica que tiene que defenderse de algo, porque hay una situación amenazante o porque piensa en una situación amenazante, se acelera el ritmo cardiaco e, incluso, podemos llegar a tener taquicardias y dolor de pecho (pinchazos), sensación de mareo, sequedad de boca, sudores fríos y calientes, ganas de vomitar, diarrea, etc. Hay personas que tienen la sensación de que están sufriendo un infarto y acuden rápidamente a los servicios de urgencias.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que es una reacción del cuerpo muy normal y que no se es un bicho raro por tener un ataque de ansiedad. Evitar la ansiedad no es fácil pero sí que es posible.
Tratamiento de la ansiedad
Las crisis de ansiedad no son algo que va a durar toda la vida si conseguimos que el cerebro entienda que no existe ningún riesgo para la vida. Hay que cambiar los pensamientos. Es en tus pensamientos donde está el origen del problema.
Existen varios tipos de tratamiento:
- Fármacos Ansiolíticos: reducen o anulan la ansiedad pero no el origen de ésta.
- Psicoterapia: se trabaja con la confrontación y modificación de creencias negativas o erróneas, identificación y modificación de pensamientos negativos, etc. Se detectan hábitos inadecuados como consumo excesivo de café, tabaco, alcohol (en ocasiones se abusa de ellos como medida de reducción de la ansiedad)
- Técnicas de Relajación y Respiración
En mi Consulta la Psicoterapia se desarrolla en varias sesiones individuales de una hora de duración (el número de sesiones depende de cada persona y de la gravedad del problema). Al principio las sesiones son semanales y poco a poco se van espaciando, quincenalmente… para llegar al final del proceso con sesiones mensuales. Para superar el problema, además del trabajo realizado en la Consulta, se insiste en la tarea que se debe hacer después en casa, a través de ejercicios específicos.