“Nada es permanente, salvo el cambio”
Heráclito
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Charla en la Escuela Infantil Bosque Ternura (6/5/2014)
¿Por qué a los niños les afectan los cambios? Porque cuando se cambia la rutina de un niño/a se altera su estabilidad. La rutina hace que la vida de un niño/a sea predecible.
Los cambios en los niños pueden producirles, al igual que a cualquier persona adulta, cierta ansiedad ante lo desconocido, ya que no cuentan con la madurez necesaria, y todavía no son capaces de anticipar lo que va a ocurrir después, porque tienen pocas experiencias con las que compara o valorar las situaciones que van a vivir.
Para un niño/a, sus padres son sus bases y sus raíces, son los que pueden ofrecer la confianza que necesita en este momento de cambios.
Según sea el caso, el equilibrio familiar se verá más o menos afectado y, los hijos pequeños podrían experimentar ciertos síntomas por la influencia de estas nuevas circunstancias: cambios anímicos, aislamiento, dificultades de aprendizaje, pesadillas, hacerse pipi, comportarse como un bebé, etc.
Los niños, por lo general, tienen una gran capacidad de adaptación, siempre y cuando sus raíces o sus bases, que son sus padres, sigan apoyándoles.
También podemos proteger su situación personal y su estabilidad emocional, si se vamos preparándole paulatinamente, sin agobiarle ni sobreprotegerle, a superar los cambios que se tengamos previstos para la familia.
Ahora bien, si ante los cambios los padres experimentan nerviosismo o temor, se lo trasmitirán a su hijo/a, lo que provocará en el niño/a una reacción negativa. Muchos padres se angustian o se sienten culpables de no estar con sus hijos todo el tiempo; sin embargo, es importante que el niño/a no viva esta separación como un peligro y como algo angustiante.
Los papás, las mamás, así como los niños/as, deben tener claro que crecer implica cambiar y, a veces, dejar algunas cosas es necesario para ganar madurez.